Cordobés de 38 años casado y con tres hijos, vive desde agosto de 2014 en Paraguay, país donde Magtel, compañía para la que trabaja, ha decidido expandirse. Antonio es gerente de Magtel Paraguay, puesto que confiesa tratarse de un verdadero reto profesional. Ingeniero industrial por la Universidad de Sevilla, tiene además un e-MBA y una gran experiencia en empresas como FCC, con la que ha dirigido numerosas obras y proyectos, tales como la ejecución del Nuevo Estadio Ramón de Carranza.
¿Por qué decidió ser ingeniero industrial?
Siempre tuve curiosidad por el funcionamiento de las máquinas y los procesos constructivos en general. Se me daban muy bien las asignaturas de ciencias y decidí estudiar Ingeniería Industrial por el gran abanico de posibilidades laborales que ofrece.
¿Fue complicado tomar la decisión de marcharse a trabajar a otro continente?
Que me ofrecieran iniciar una empresa en otro país desde cero fue un gran reto profesional. Por mi experiencia había trabajado en empresas ya consolidadas. Es por lo que tomé una decisión rápida, convencido de que sería una gran experiencia profesional.
¿Se había planteado trabajar fuera de España?
Sí, me lo había planteado y estaba consensuado con la familia. Las oportunidades profesionales no siempre están en la puerta de casa y hay que tener esa disponibilidad geográfica. Son proyectos que ayudan a conocer otras culturas, otras dinámicas de trabajo y estar aprendiendo constantemente.
¿Cuáles son sus funciones en Magtel?
Principalmente se trata de la implantación de la empresa en el país, el desarrollo de los proyectos adjudicados y la búsqueda de otros nuevos. Esto implica establecer relaciones con el mundo empresarial, político, administrativo y social de Paraguay. A la semana de estar aquí ya celebraba un almuerzo con empresarios en la casa del embajador e, incluso, también he tenido la oportunidad de desayunar y reunirme con ministros para abordar proyectos.
El sector de la Ingeniería en Paraguay, ¿es muy distinto al de España?
La gran diferencia es que Paraguay es un país que dispone de muy poca industria, casi todo lo que se consume proviene de la importación. Por ejemplo, uno de nuestros mayores proveedores es de Italia, lo que implica viajar a ese país, supervisar la producción e importar sus productos.
¿Es Paraguay un país de oportunidades para los jóvenes ingenieros?
Paraguay demanda ingenieros y las empresas están teniendo que recurrir a los últimos cursos de las carreras de ingeniería para captar a los estudiantes, ya que no hay en el mercado laboral. Esto unido al gran crecimiento que ostenta el país, hace que las oportunidades sean muy grandes. Además, un punto bastante importante para los jóvenes que están estudiando en España es que el ingeniero español está muy valorado.
¿Qué consejo daría a los jóvenes ingenieros que acaban de finalizar sus estudios?
Lo primero es que decidan la especialización a la que quieren dedicar su carrera, cuáles son sus aspiraciones y una vez planteadas, que no pongan barreras a su desarrollo, ni geográficas, ni económicas, ni de ningún otro tipo, ya que los primeros años de trabajo son decisivos y se forma el perfil profesional.
¿Cómo es visto el Ingeniero en Paraguay?
El ingeniero en Paraguay está muy bien considerado, es de las carreras más complejas que se estudian en las universidades más importantes del país. Por lo tanto, es una de las profesiones más respetadas. Como anécdota comentar que desde el primer día se dirigieron a mí como ‘señor Ingeniero Hernández’. Los estudios te posicionan socialmente.
¿Qué es lo que más echa de menos de España?
A parte de lo personal, España, a pesar de su actual situación económica, es un país más desarrollado que Paraguay, que cuenta con unos servicios públicos, infraestructuras y aprovisionamientos de muy alto nivel. A la hora de trabajar conlleva que podamos tener un sistema mucho más eficiente y dinámico.