José Miguel Quesada, doctor e ingeniero industrial, nos adentra en el mundo de la reserva militar, un recurso preventivo que, como sucede con todo lo castrense, está sujeto a transformación.
El modo en que se configura es fruto del entorno estratégico, de la política de defensa y de la sociedad. Como es obvio, la evolución de estas variables ha llevado a que cada país adopte una solución particular, aunque todas ellas pueden ordenarse en torno a cuatro modelos.
Dos de ellos están concebidos para nutrirse de personal procedente del servicio militar obligatorio, mientras que los otros dos utilizan voluntarios. La OTAN prefiere este último medio de reclutamiento, que es el que considera más indicado para el vigente escenario estratégico.
EDITORIAL: Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado