El objetivo principal de la Estrategia Europea de Empleo, que forma parte de la Estrategia de Crecimiento Europa 2020, es crear más y mejores puestos de trabajo en toda la Unión Europea. Los propósitos de esta estrategia de crecimiento ofrecen un panorama global de lo que deben ser los parámetros fundamentales de la Unión Europea en el año 2020. Se trata de fines comunes para todos los países miembros, que deben alcanzarse combinando medidas nacionales y europeas.
En lo que a objetivos de empleabilidad se refiere, se pretende alcanzar una tasa media del 75% de empleo para las personas de entre 20 y 64 años. Es por ello que las tres iniciativas emblemáticas de la llamada ‘Europa 2020’, tanto en este ámbito como en asuntos sociales e inclusión, son los siguientes:
- Juventud en Movimiento: busca aumentar las oportunidades de los jóvenes para encontrar trabajo, ayudando a estudiantes y becarios a obtener experiencia en otros países y mejorando la calidad y el atractivo de la educación y formación en Europa.
- Agenda de nuevas cualificaciones y empleos: con ella se pretende dar un nuevo impulso a las reformas del mercado laboral e impulsar la capacitación correcta para futuros trabajos, crear nuevos puestos de trabajo y revisar la normativa de empleo de la Unión Europea.
- Plataforma europea contra la pobreza y la exclusión social: a través de ella se intensificarán los esfuerzos a todos los niveles para alcanzar el objetivo acordado por la Unión Europea de sacar a como mínimo 20 millones de personas de la pobreza y la exclusión desde el presente hasta 2020.
En España, la tasa de empleo todavía se sitúa 10 puntos por debajo del objetivo establecido cuando suscribió la Estrategia Europea 2020. Sin embargo, en nuestro país se detectan notables diferencias por comunidades autónomas. Entre las regiones más próximas a cumplir con el compromiso se encuentran Baleares, La Rioja y la Comunidad de Madrid, con tasas de empleo superiores al 70%. En el otro extremo de la clasificación autonómica se encuentran Extremadura, con una media de ocupación laboral del 55%; y Andalucía, la región española peor posicionada que ostenta una tasa de empleo 10 puntos inferior a la media nacional y 20 puntos por debajo del objetivo europeo.
DESAFÍOS
España aún encara importantes desafíos de aquí a 2020. Las tendencias indican que las actividades profesionales en Europa tienden a estructurarse en torno a empleos con mayor exigencia de conocimientos y competencias.
Europa debe asegurarse de que sus recursos humanos sean capaces de dar respuesta a las necesidades de la economía. El perfeccionamiento de las competencias profesionales no solo sirve para encontrar un empleo mejor, también permite dar forma a los puestos de trabajo del futuro y contribuir así activamente a la innovación de la economía. Los estados miembros deben favorecer y apostar por la educación y la formación y, más concretamente, por la Formación Profesional y el aprendizaje a lo largo de la vida.
La educación es un factor determinante de cara a encontrar empleo en España. Esta implica una clara ventaja, pues la tasa de jóvenes de entre 25 y 29 años con título universitario empleados es casi ocho puntos más elevada que la de aquellos que han completado la enseñanza secundaria superior o han optado por la Formación Profesional, y 13 puntos más alta que la de aquellos que se han quedado en educación secundaria inferior.
Cabe destacar igualmente la importancia de la movilidad como instrumento eficaz de cooperación de los estados miembros de la Unión Europea en el desarrollo de una formación profesional y universitaria más eficiente e integradora. La movilidad en la formación tiene un impacto muy positivo sobre el capital humano: permite adquirir nuevos conocimientos y competencias y aumentar sus posibilidades de empleabilidad.
En una economía cada vez más globalizada y basada en el conocimiento, Europa necesita trabajadores con una buena cualificación y visión internacional para competir en términos de productividad, calidad e innovación.